Te asomas en mi universo susurrando tu nombre
y ya no puedo parar de repetirlo.
Te cuelas entre mis raíces,
me muestras tus alas
y en tu vuelo acaricio las nubes.
Rasgando cadenas desatas mi alma
y en un instante de ternura
me enseñas tu sonrisa.
El cielo se abre, el sol me ilumina
y ya nada más importa.
Y mis hielos se derriten,
mi desierto se hace edén.
Y hasta mi propio infierno,
que era de fuego,
comienza a extinguirse.
Temblando, pero no de miedo;
ardiendo, fiebres de ilusión;
llegas, cubierta de milagro
y vuelvo a creer.
Y te amo por eso,
respiro por eso,
despierto por eso;
solo para verte;
que te asomes otra vez en mi universo;
me cargues en tus alas
y volando al infinito me recuerdes;
que eres lo más lindo,
lo más verdadero
y lo más auténtico
de mi existencia.
Eres mis alas
Por Ignacio Larre