Años que pasan, perpetuando instantes.
Implacables, van tallando los recuerdos,
mientras en su frenesí
se escapan entre tus manos.
Años que marcan tu impronta,
esa manera tuya de decir quien eres
con tan solo una mirada.
Años que no ocultan tu edad
sino miles de historias;
bellezas del tiempo,
hechas piel y sentimientos.
Años de cielos e infiernos,
que templaron tu carácter
y aún así, te hacen cantarle a la vida.
Años que no te olvidan,
al igual que ningún corazón
que te ha rozado.
Años que te verán seguir creciendo,
arrugando experiencias
y madurando encantos.
Años que te han de abrazar,
y engalanando experiencias
te colmarán de gozo.
Años que sin pedir permiso
te hicieron quién eres
y te convertirán en lo que imagines.
Años que no han llegado solos;
trajeron consigo a la mejor versión
de todos tus reflejos.
Años que hoy te regalan una nueva primavera
y en la salida de este sol
te harán brillar como nunca.
Mucho más que años
Considerando a la vida una aventura y a la edad el mayor de sus regalos, aprovecho estas palabras para mandarles a todos mis amigos un enorme abrazo.
Que nuestro caminar crezca en edad, al mismo ritmo que en bondad nuestros corazones.
Por Ignacio Larre